Para tomar decisiones o elegir rumbos puede ser mejor estar informado.
Muchas veces antes, durante o concluída una negociación, mediación o conversación colaborativa, surgen dudas respecto de derechos y deberes, límites de la responsabilidad, fronteras entre lo lícito y lo ilícito.
Por tal razón es útil despejar las dudas respecto de lo que regulan las leyes vigentes.
Asesorarse no es litigar o pelear, es informarse, conocer, clarificar.
Es muy importante distinguir entre informarse o asesorarse legalmente y buscar estrategias para derrotar o demoler al otro.
La idea que tenemos del asesoramiento legal tiene que ver con una visión totalizadora de los sistemas familiares, comunitarios o institucionales. No creemos en las divisiones entre partes enfrentadas. Tenemos una mirada inclusiva de todos los integrantes de un conflicto, creemos que los derechos de todos se complementan no se oponen, que las obligaciones de cada uno son piezas indispensables en el armado de un equipo , ya sea una familia, un grupo de trabajo, una institución o una comunidad.
Desde este punto de vista, tanto las leyes de orden público , como las de orden privado, como las leyes familiares o internas de una institución o comunidad son el esqueleto de una tarea constructiva y deben ser sacadas a la luz.
Desde la óptica de las habilidades y recursos, desde el pensamiento positivo referido a qué es lo que cada uno es capaz de dar o hacer, el asesoramiento legal se transforma en una más de tantas conversaciones colaborativas.