Tres historias… Muchas historias

Autora: Susana Rossin. Publicado en el boletín Número 1 del OBSERVATORIO DEL CONFLICTO SOCIAL  de la Universidad de Tres de Febrero, dirigido por Alberto Elisavetzky.

A los fines de analizar protagonistas, causas y consecuencias  del conflicto describiré tres casos reales. Los nombres y jurisdicciones en los que se desarrollan han sido modificados.

A. Descripción de casos:

Caso 1:   Tanto amor, tanto despecho, tanta desidia…

Antonio es delegado sindical en Hospital Público de la zona, tiene 33 años, soltero.

Beatriz, 50 años,  es radióloga  del mismo hospital, soltera.

En el año 90 han iniciado una relación amorosa.

En el año 94, Blanca adopta en forma unilateral a Cristian.  Antonio, quien en un principio no había estado de acuerdo con la adopción, más adelante brinda su conformidad con la misma pero no le es posible integrarla jurídicamente porque en ese momento no alcanza la edad mínima que la ley de adopción vigente exige  para los adoptantes.

A partir de la adopción,  Cristian se transforma en los hechos en el hijo de ambos. Los 3 forman una familia  clásica. Ambos padres desarrollan sus tareas laborales  mientras la crianza del niño se va desenvolviendo en un clima de mucho amor y dedicación.

A los pocos meses de edad, Cristian ingresa a la guardería del hospital en el que ambos padres trabajan. Es muy querido por todo el personal y su crecimiento se va produciendo  normalmente. El niño se transforma en “la luz de los ojos” de ambos padres. Muchas fotos dan cuenta del amor que se profesaban mutuamente: Antonio y Beatriz abrazando a Cristian,  Antonio disfrazado de payaso para todos los niños de la guardería en un acto infantil, festejos de cumpleaños de Cristian rodeado por sus padres, “abuela paterna”, tíos y tías maternas y paternas, amigos de los padres, etc.

Cuando Cristian tiene 4 años los problemas en la pareja de Antonio y Beatriz se agudizan y se produce la separación.

Al poco tiempo Antonio forma una nueva pareja con Dora de 30 años. Blanca asegura que la pareja ya existía antes de la separación, Antonio lo niega.

El despecho supera al amor. Beatriz impide que Antonio vea a su hijo del corazón ya que alega que no es el padre, circunstancia que jurídicamente es cierta. Lo saca de la guardería y se muda de domicilio.

En este marco fáctico, Antonio realiza una consulta jurídica.  Desesperado por no poder ver ni encontrarse con Cristian, aparecen  en la entrevista con el profesional  muchas emociones: indignación, ira, pena, impotencia, desesperanza, todo acompañado por llanto y locura.

Se intenta tener conversaciones extrajudiciales pero no son posibles.

En la jurisdicción de San Martín, se inicia una acción judicial de solicitud de régimen de visitas, con escaso sustento legal  ya que Antonio no tiene vínculo jurídico con Cristian. Se funda la petición en los derechos constitucionales, la Convención de los derechos del niño,  jurisprudencia existente respecto de casos que podrían considerarse análogos (régimen de visitas otorgado al padrino de un niño) y se utiliza la figura del padre del corazón. Se aportan muchas pruebas, entre ellas fotos, testimonios de la familia paterna, de maestras de la guardería, de médicos del hospital.

Beatriz, acompañada por una abogada sumamente litigante y apegada a la letra estricta de la ley, alega que el vínculo amoroso de Cristian con Antonio no existe y que Antonio es muy violento, por lo que solicitan pericias psicológicas.

Comienza a intervenir lo público en la vida privada de la familia, descuartizada en este momento. El equipo técnico del juzgado, realiza entrevistas con toda la familia y luego del análisis del mismo emiten un informe muy positivo: refleja las necesidades del niño y señala las habilidades y recursos de ambos padres  (adoptiva y del corazón)  en la crianza.

La juez del tribunal (que está compuesto por 3 jueces que se adjudican las causas por sorteo interno) a cargo del caso es una mujer  creativa, sensible y comprometida, tiene en cuenta el amor existente, el derecho del niño a mantener vínculos amorosos  con su familia y, teniendo en cuenta el  informe positivo existente, realiza un trabajo con toda la familia en innumerables audiencias, quedando así abierta  la prometedora esperanza de una sentencia ejemplificadora y positiva. Todo esto relatado en pocas líneas transcurre en un lapso de tiempo de aproximadamente tres   años.  Entre tanto,  Antonio, acompañado por su abogada en lo jurídico y emocional, continúa sin poder ver a Cristian.

Cuando el expediente pasa a la etapa de dictarse la resolución, ya que en la provincia de Buenos Aires es posible realizar audiencias antes de que la causa entre en la etapa probatoria llamada vista de causa, la juez a cargo pide licencia por cuestiones de salud y el expediente es derivado a otro de los jueces del Tribunal de Familia. El  nuevo juez  juez pide nuevas pericias psicológicas al hospital de la zona . Todo vuelve a fojas cero. Aquí  aparece otro protagonista fundamenta l en el conflicto: EL PODER DE LAS PALABRAS.  EL DISEÑO DE LOS INFORMES.

Los nuevos informes  se redactan sin la debida citación a Antonio. Su resultado enuncia que no es conveniente  Antonio  vea a Cristian ya que la madre aduce que Antonio acosa al niño permanentemente y que éste está muy asustado y no quiere verlo.

Consulto a mi cliente sobre si esto es cierto y él me refiere que no lo ha acosado pero que sí, cada tanto, cuelga pasacalles en los que le dice a su hijo: “Cristian, papá te quiere, no te olvida, ya estaremos juntos otra vez” y cosas similares.

Luego de esto,  y a pesar de existir aún caminos a seguir en el ámbito judicial, Antonio abandonó sus intentos de continuar litigando, dejó en suspenso su deseo de dar amor de padre a Cristian, con la esperanza de que el niño, de 8 años por entonces, lo buscara al llegar a la mayoría de edad.

Epilogo: He tomado contacto con Antonio y me informó que en el año 2009, a los 14 años de Cristian, logró ubicar el domicilio del  niño y su madre. La madre en esa oportunidad le permitió verlo, encontró a un muchachito de 85 kg de peso y con diagnostico de TGD (un tipo de autismo) con imposibilidad de manifestar emociones. No se reía ni lloraba. Siguió viendo a su hijo en forma esporádica. En enero de 2012 falleció Beatriz, desde enero de este año Cristian vive con Antonio, está en tratamiento psiquiátrico y en tercer año de una escuela secundaria normal (no especial).

 

Caso 2.  Fábrica de hijos

Juana es ama de casa, tiene 35 años, hija única de padres mayores y muy  sobreprotectores, muy habilidosa, le gustan mucho los trabajos manuales.

Esteban, 35 años, mejicano. Los padres de Esteban son argentinos y viven  en Rosario, Argentina. Esteban tiene un  hermano  que vive y trabaja como modelo en Méjico.

Juana y Esteban están casados desde hace varios años y tienen dos hijas de 4 y 6 años, Gabriela y Micaela.

Esteban trabaja en la  empresa familiar  de importación y exportación perteneciente a sus tíos y tiene un ingreso muy importante.

La pareja ha decidido que Juana no trabajará fuera de la casa y se dedicará a la crianza de los niñas y la administración del hogar  y Esteban se ocupará del sustento familiar y colaborará con Juana en la crianza de los niños.

Los abuelos maternos y paternos tienen una participación muy activa en la vida familiar.

Juana y Esteban viven, en los  comienzos del matrimonio,  en una casa tipo dúplex comprada  con dinero aportado por los padres de Juana.

En cierto momento compran, también con ayuda de una tía paterna de Juana, un terreno y comienzan a construir, gracias a los altos ingresos de Esteban, una casa  muy grande, de dos plantas, con varios cuartos, parque, quincho y piscina. Terminada la casa soñada, venden el dúplex, devuelven el dinero a la tía paterna y la familia conformada por Juana, Esteban y las niñas se muda a su nueva vivienda.

Entretanto el padre de Esteban, tiene un problema económico y debido a enormes deudas financieras, realiza una “maniobra” y solicita a Juana y Esteban que pasen a formar parte del directorio de la empresa,  que luego quiebra. Durante este traspié financiero, y a fin de proteger la vivienda de una posible subasta, la inscriben a nombre del hermano de Esteban que vive en Méjico. Producto de la quiebra toda la familia queda inhibida en sus bienes.

Paralelamente, la pareja comienza a tener algunos problemas conyugales. Por otra parte, Marisa, una vecina  y  mamá de Sergio, compañero de jardín de Micaela, la hija más pequeña de la familia, comienza a frecuentar asiduamente la casa de Juana y Esteban. Luego de unos 6 meses, los problemas conyugales aumentan, Juana solicita a Esteban que se retire del hogar, éste así lo hace y comienza una convivencia  con Marisa en la casa de ésta. Sus hijas  Gabriela y Micaela lo visitan allí y  Esteban les pide que consideren a Sergio, compañero de colegio e hijo de Marisa, como a su nuevo hermano.

Comienza una larga serie de conversaciones extrajudiciales para resolver cuestiones económicas de manutención de las niñas, límites referidos al formato de encuentros entre el papá y sus hijas, aclaración de roles materno y paterno y de lazos biológicos existentes y discusión por bienes que han salido en forma ficticia del patrimonio conyugal.  Fracasadas estas conversaciones, se inicia en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, la etapa previa obligatoria (semejante a una mediación) regulada por el Código de Procedimiento Civil de la Pvcia. de Bs. As. para los asuntos de Familia.

Todo este proceso (negociación y etapa previa) transcurre aproximadamente durante  2 años.

Mientras tanto, Marisa queda embarazada y nace Sabrina, hija de Marisa y Esteban.

Epílogo: luego de una larga lucha judicial, Juana consiguió obtener el divorcio y  la mitad del  valor de la casa que fuera el hogar conyugal así como también  la fijación de una cuota alimentaria para las niñas que se abonó durante 1 año.

Esteban y Marisa con su pequeña bebé se instalaron  en Méjico donde fueron padres de otro hijo.

Esteban dejó de contribuir con las necesidades de sus hijas y no las volvió a ver por propia decisión.  Hoy las niñas tienen  10 y 12 años son excelentes alumnas y no quieren volver a ver a su padre.

Juana logró superar  emocionalmente el drama familiar ocurrido, recuperar su capacidad laboral, emprender una actividad, primeramente muy elemental (coser sombreros para cotillón) y hoy es gerente de producción de una empresa de indumentaria  conocida en el mercado.

 

Caso  3,   Maternidad y Paternidad en red

Cora es una señora mayor, unos 70 años, tiene dos hijos:   Luisa, de 46 años, casada, sin hijos, trabaja en una empresa de computación y Pedro, 40 años, separado de su pareja, barra brava de un equipo de futbol  que descendió a la categoría B, se ha radicado en Brasil con motivo de tener una causa penal abierta por un hecho confuso de violencia y lesiones ocurrido en un partido de futbol.

Pedro ha tenido un hijo , Matías, con Marianela,  de 35 años, desempleada.

Marianela es adicta o ex adicta, en búsqueda de trabajo,  vive en la casa de su madre, con su hermana (quien padece problemas psiquiátricos) y  su abuela que es quien la crió  y con quien tiene el vínculo emocional más importante. Ha tenido varios intentos de suicidio, uno de ellos con su hijo muy pequeño en brazos. Por épocas convive con su hijo Matías, fruto de la relación con Pedro, ya que en muchas oportunidades le pide colaboración a su suegra  Cora, quien se hace cargo del cuidado del  niño  en su casa.

A pesar de esto, existe entre ellas cierta tensión, por un lado, Marianela es descalifacada como madre por Cora y por Luisa y por otro Marianela se queja  porque cree que Cora quiere apropiarse de su hijo Matías  de  5 años.

En determinado momento Cora consulta la posibilidad jurídica de tener una guarda definitiva de su nieto Matías y expresa  a la abogada que su hijo es un tránsfuga y está borrado ,  que la madre de su nieto es prostituta e inestable emocionalmente y que su única ayuda actual es Luisa, su otra hija que también está muy involucrada en la crianza de Matías, tanto económica como afectivamente.

Antes de iniciar cualquier tipo de acción judicial, y si bien la consulta tuvo como objeto conseguir la guarda del niño, se realizaron  encuentros de conversaciones con todos los protagonistas de la historia: la abuela, la tía, la mamá, el papá en un viaje que hizo a Bs. As. , la mamá de Marianela y, por supuesto, con el niño.

Hubo infinidad de altibajos, encuentros y desencuentros, todo  fue muy dificultoso pero no imposible. Se alcanzó  un objetivo que fue sanador para la familia: el reconocimiento mutuo de algunas habilidades de cada uno de los componentes de la red familiar. Recién en ese momento la familia estuvo en condiciones de solicitar una guarda provisoria para  la abuela respecto del niño que se hizo con conformidad de la mama del mismo y  con el armado de un sistema de encuentros de la mamá con el nene, tanto en la casa de la abuela como en la de ella y el compromiso del padre de que enviaría una pequeñísima suma de dinero a la abuela para colaborar con los gastos.  La posibilidad de “acordar” la guarda y no presentarla como un castigo al “abandono” de las funciones maternas y paternas de los padres, las conversaciones, la participación del juzgado de familia, y, en especial, la actuación del defensor de menores de Cámara, permitieron armar una red de crianza y sostén del niño, hoy adolescente.

Me permito incluir en el presente  trabajo un email que he recibido hace un año de la tía de Matías, Luisa, en respuesta a un mail que envié a la familia con una salutación por fin de año. He cambiado los nombres por  iniciales: “Hola S: la familia está bien, pasó el tiempo y todo se ha ido acomodando para mejor. M va a cumplir 18 en Febrero (y tambien su fantasia de liberación!) Hace unos años que fue a vivir con C definitivamente. Terminó el secundario en el Pellegrini. Es un muchacho hermoso con su adolescencia a cuestas  y lo veo bien, tiene amigos, proyectos…….Con el padre tiene buena relación, y lo vé más seguido. M casi como siempre, con idas y vueltas (pero ya perdió poder). Cuando miro para atrás, me emociona haber podido llegar hasta acá, misión casi cumplida. Siempre recuerdo la ayuda (profesional y personal)  que nos diste en aquellos momentos en que el camino resultaba tan complicado, te lo agradezco. L”

 

B. Conclusiones

Del análisis de los casos precedentes surgen muchas preguntas.

Podríamos preguntarnos por los protagonistas del conflicto. Mencionaríamos a los padres, madres, amantes, familias extensas, hijos. ¿Y también jueces, peritos, abogados, informes?

Podríamos preguntarnos por  las causas estructurales del conflicto que se dan a partir de innumerables cuestiones sociales y políticas, podríamos hablar de causas subyacentes, causas explicitas, causas recurrentes de los conflictos descriptos.

Sin embargo, pareciera que , a los efectos de no perder de vista ninguno de los rincones del conflicto, deberíamos utilizar la teoría del iceberg  o de la omisión de Hemingway,  absolutamente aplicable a las causas del conflicto. Lo visible es  sólo un tercio del total.

Al  decir de Ricardo Piglia en su ensayo Tesis sobre el cuento : “Un cuento siempre cuenta dos historias. El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario. …”

Como el cuento,  el conflicto deja ver sólo una parte de lo que sucede. Lo oculto, la historia 2 , la historia 3 , y la 4 y las siguientes…. lo omitido, se desentraña al conocer el epilogo.

“El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie.” (Ricardo Piglia)